Redacción sobre vehículos clasicos y sus ocurrencias.

Redacción sobre vehículos clasicos y sus ocurrencias.

Día a Día

Dulces reencuentros

La vida da muchas vueltas, y no ha sido menos para el protagonista de hoy, un Jeep – Ebro «Bravo L» que, por curiosidades de la vida, descubre su pasado.

Hoy hemos acudido a la concentración de coches de «Civit», un pequeño pueblo de Lleida donde, a parte de disfrutar de una apasionante jornada de clásicos, he podido conocer un pedacito de historia de mi unidad.

Para ponernos en situación, yo ya era consciente del pasado trabajador de mi Jeep, que junto a otros 10 matriculados correlativos y dos Viasa SV, prestaron servicio a una empresa de excavaciones por el nombre de «Cisteró».
Esta empresa, ya extinta, compró nuevos tales vehículos para su flota.

Por curiosas coincidencias de la vida, y tras estar un rato dando vueltas en la concentración de hoy, un amigo de la organización me comentó que una señora me buscaba.
La premisa, por el momento extraña, quedó resuelta al momento de desvelar el apellido de la señora. Se trataba de Ana Cisteró, hija del propietario de aquella empresa.

Ana recordaba las matrículas «EU» de los coches que hubo en la empresa de su padre, y claramente reconocía el Jeep que tan buen servicio les había prestado antaño junto a sus otros 9 hermanos. Entre conversas, pudimos desvelar pequeños matices de su historia, su color original y demás pequeños detalles que siempre llenan a uno como propietario de coche clásico. Naturalmente, Ana se hizo una foto para poder enviarla a su familiares y celebrar un pasado dulce.

Entre tanto, decidimos partir, pero no rumbo a casa, si no a «Sant Pere dels Arquells», el lugar donde se ubicaba Excavacions Cisteró. Al comunicarle tal detalle a Ana, llamó a su hermano, residente aún en el pueblo para preguntarle si allí se encontraba, para poder recibirnos y ver también la unidad.

Su hermano, más conocedor de los coches al haber trabajado con ellos nos reveló algo casi tan especial como haber conocido a su hermana. Él mismo era el piloto de B-3669-EU cuando era nuevo. Equipado con un hardtop artesanal biplaza y una lámina para tapar la parte trasera a modo de baúl, vivía como vehículo de soporte y transporte de herramientas para la giratoria qué él llevaba.

Curiosamente, a varias de las 10 unidades se les instaló un depósito de diésel a medida en la parte trasera, de 400 litros, para abastecer a la maquinaria en los lugares donde trabajaban.

En temas mecánicos, pudimos averiguar también qué iban al trepidante ritmo de 30.000 / 40.000 kms anuales, durante los 7 años que los tuvieron en activo. Me comentaron también qué, por las averías mecánicas qué el Perkins sufría a causa del terreno y trabajo, siempre disponían de un motor nuevo a estreno en sus instalaciones, por si fuera necesario cambiarlo.

Al preguntar sobre el origen del coche, nos confirmó que fueron comprados en el concesionario Jeep Ebro de Lleida, pero fueron matriculados en Barcelona al tener ahí la sede social de la empresa.

Tras despedirnos del hermano, acabamos de subir la calle para aparcar y hacer foto delante de las ex-instalaciones de Excavacions Cisteró.

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